Por fin llegó el gran día. El sábado pasado (16 de abril) ofrecimos el primer concierto de esta nueva etapa. Con esta nueva formación. Fue un poco un estreno a medias, porque no pudimos tocar todos (las características del bar no permitían meter batería), pero al menos Miquel, a falta de baquetas, estuvo todo el tiempo cerca de nosotros haciendo las veces de técnico de sonido, y dándonos ánimos e indicaciones. Y sobre todo, haciéndonos sentir que el grupo estaba completo, que es lo más bonito de tocar juntos.
Si seguís nuestra página de Facebook, ya sabréis que además de Miquel, ahora también me acompañan Jorge, con el bajo, y Joana (guitarra acústica y voz). La verdad es que tocar con más músicos viste mucho más las canciones. Pero, además, los buenos momentos, los conciertos, compartidos se disfrutan mucho más. El que no ha pasado un montón de años tocando solo y guisando solo igual no lo valora, pero es así.
Todos estábamos con uniforme nuevo, pero si para alguien era un estreno con todas las letras era para Joana, que nunca antes había tocado en directo. Aunque quién lo diría, porque cumplió con soltura el papelón que le tocaba en alguna que otra canción. Después del concierto, escribió una reflexión muy bonita contando lo que significó para ella esa experiencia. Podréis leer el texto íntegro mañana jueves (21 de abril) en Facebook. Pero os pongo un breve adelanto a continuación:
El sábado […] tuve el placer de dar mi primer concierto con otras tres personas con las que se ha iniciado un nuevo proyecto hace escasos meses. Conocernos, aprender las canciones, desempolvar la guitarra y ponernos manos a la obra, para que cuando llegara este día, la experiencia y el momento fuese lo más especial posible.
En mi caso, esa primera vez que hay para todo… Inseguridades, vergüenzas, miedos… pero ¡¡TANTAS GANAS E ILUSIÓN!!… que no podía salir mal.
Tuve el placer de poder compartir este momento con muchas de las personas que mejor conozco de mi vida. Gente que me apoya, me valora y confía en mi. Y a la que no le falta una sonrisa y un abrazo cuando me ven flaquear.
Gracias a todos por haber estado allí arropándome y gracias a vosotros tres (Miquel, Urko y Jorge) por ser mis compañeros de viaje en esta aventura!!
El valor de sacrificar canciones
La respuesta de la gente fue excepcional. Empezando por la asistencia. Una vez más (como ya pasó en el Aizkora el año pasado), con el bar lleno, en algunos momentos todavía hubo gente escuchando (o curioseando) desde la calle.
Tocar en grupo me ayudó a tomar algunas decisiones muy acertadas. Como dejar fuera algunas canciones. Cuando tocaba una o dos veces al año, pecaba de querer meter todo el repertorio posible en cada concierto, para que a nadie le quedara nada por escuchar. Pero después de dar un bolo de dos horas, asumí que es mejor dejar algunos temas para los siguientes.
Últimamente, que he tenido directos más a menudo, me lo he podido permitir sin remordimientos. Y con una banda, la decisión es más fácil: las canciones que estén menos preparadas, fuera. Así, nos quedó una duración apropiada (aproximadamente hora y cuarto) y un directo más o menos rápido y bien hilado en cuanto a ritmo.
Canciones que vuelven y canciones que cambian
Empezamos el concierto con Biluzik y Sunrise. La segunda es un clásico de mi repertorio que aparté de los directos durante un tiempo porque tocándola yo solo echaba de menos algunos de los elementos que me parecen fundamentales en ella: el bajo y la segunda voz. La recuperé para el concierto de 2014 en el Alkartetxe de Gasteiz con Le Grand K, y el año pasado la seguí tocando con Maialen, porque se sostenía bastante bien a dos voces y dos guitarras (y un teclado en la parte final). Ahora la volvemos a tocar en todo su esplendor. Incluido el bajo, que para mí es lo más interesante de Sunrise.
Después vinieron Sacrificios Rituales, uno de los temas más apreciados (de hecho, la volvimos a tocar al final); la versión del How You Remind Me de Nickelback, un tema que en su día incluimos a propuesta de Maialen y que hemos mantenido con la nueva formación; y Nothing’s Odd.
A continuación toqué dos temas sin la banda. Primero Saiatzen. Siempre he considerado que la tenía que tocar solo, porque creo que su mayor virtud es la fuerza que transmite sin necesidad de más acompañamiento. Pero nuevos músicos traen nuevas propuestas, y puede que le metamos mano próximamente. No voy a adelantar nada. Ya lo veréis/escucharéis en los conciertos.
Momentos embarazosos
Con la segunda canción en solitario ofrecí el que probablemente ha sido uno de los momentos más lamentables desde que más o menos aprendí a entonar y a disimular cuando olvido las letras. Se suponía que iba a ser uno de los momentos clave del concierto, pero por esta metedura de pata, pasó más bien desapercibido.
Estrenaba una nueva canción. Una que nunca había tocado en público. Ni en concierto, ni en ensayo… ni en ningún otro lugar fuera de mi casa. De hecho, terminé la letra la semana anterior. Llevaba unos días dando vueltas a cómo la podía presentar y había repetido varias veces en mi cabeza las posibles descripciones que le irían bien. Pero sin concretar nada. Resultado: me quedé completamente en blanco. Intenté hilar una frase con otra tratando de encontrar, sin éxito, el camino que había pensado, pero después de un tenso e interminable balbuceo, decidí que era mejor no cortar por lo sano. Vamos a darle una segunda oportunidad y lo intento explicar mejor en el siguiente concierto, ¿vale? 😉
Con Jorge y Joana de vuelta, tocamos The Man Who Loves, la canción más oscura del repertorio; y El Poder Está En La Calle, nuestro himno libertario particular a ritmo de blues.
Así, encaramos la recta final con los temas más ligeros del setlist y con la mayor densidad de versiones de todo el bolo: Wonderwall, la mítica de Oasis tocada un poco a nuestra manera; As-Salamu Alaykum, canción en la que explico por qué hago canciones y en la que el público, caliente ya por el tema anterior, se animó a marcarnos el tempo con las palmas; Good Riddance (The Time of your Life), una canción de Green Day que hemos pervertido llevándola a un terreno más country; una casi improvisada Johnny B. Goode; y la reivindicativa Fracking From The Storm.
No fue un concierto perfecto, tenemos que reconocerlo (aunque, por otra parte, ¿cuál lo es?), pero nos quedó una sensación muy buena y, sobre todo, muchas ganas de seguir poniéndonos delante de la gente que nos quiera escuchar.
¡Nos vemos pronto!
Para los seguidores de urko fue una grata sorpresa encontrarse con cuatro desconocidos que trasmitian onda de grupo. Fue un placer acompañaros y esperemos que sigais creciendo, eso si, siempre disfrutandolo. Joana, flipe contigo, se te vio disfrutar y el rollo blues me encanto 😉 animo ta aurrera ekipo
Eskerrik asko, Mai! Gracias por tu comentario.
Me alegra que se notara esa conexión y que te gustara el concierto. Ya verás cuando toquemos los cuatro. Va a ser la bomba!
Nos vemos en el próximo!
Maialen!! Te crees que leo esto ahora??? Un millón de gracias por tu apoyo y tu eterna sonrisa! Siempre pones la guinda al pastel con un gran halago! Gracias de corazón!!